Nicolás de Maquiavelo fue un filósofo y político nacido en 1469 en Florencia, que basa la mayoría de su pensamiento desde el punto de vista del realismo político, alejado de la moral. Esto lo refleja en su obra más destacada, “El Príncipe”, obra que escribió en 1513, dedicada a Lorenzo II de Medici, en la que se enseña a ser virtuosos a los futuros príncipes.
La visión del ser humano de Maquiavelo se apoya en una idea de ser humano basada en la concepción naturalista. Los seres humanos son siempre los mismos, con las mismas pasiones y las mismas conductas. Entre estos hombres existen 2 tipos:
Los que aspiran a mandar: Perfectos candidatos a príncipes.
Los que prefieren el orden y la seguridad: Destinados a ser súbditos.
La concepción del hombre de Maquiavelo cuenta con gran pesimismo, ya que presupone que nuestra naturaleza está corrompida y que los seres humanos buscan satisfacer sus intereses a toda costa, sin ningún tipo de escrúpulos morales por el resto de la ciudadanía. Para mantener a raya a los hombres es necesario utilizar la fuerza, la coacción y la manipulación. En este punto, Maquiavelo sirve como comparación con Hobbes, quien defendía que el hombre era un peligro para la sociedad y para sí mismo, y por ello debía existir un estado fuerte que les controlase.
Maquiavelo añora el esplendor del Imperio Romano, y para retomar ese esplendor, hay que analizar la situación actual, ante la que adopta una situación realista, opuesta a la versión utópica de pensadores como Tomás Moro.
Establece unos consejos que los príncipes deberán seguir si quieren ejercer el poder y mantenerse en él:
El príncipe, si quiere gobernar, debe presuponer que sus súbditos van a comportarse con maldad y le van a engañar. No debe apartarse del bien, pero si es necesario en el gobierno, deberá usar el mal.
La actividad política es autónoma, sigue sus propias normas y reglas y no está sujeta a la moral. La moral la descarta como algo propio del ámbito privado, pero no necesaria para gobernar.
El príncipe debe ser hábil y astuto y no sentir escrúpulos morales. Debe utilizar la violencia cuando sea necesaria y debe adular y manipular al pueblo cuando sea necesario para lograr sus intereses.
De todas estos “consejos de gobierno” para los príncipes surge su conocida frase “El fin justifica los medios”. Deberás hacer lo que tengas que hacer para lograr el cumplimiento de tus intereses.